Que no te engañen, no existen recetas. Igual que tampoco existen las dietas milagrosas, tampoco puedes crecer como familia o ver cambios en tus hijos sin esfuerzo. Los cambios de verdad, aquellos que son sostenidos en el tiempo, conllevan un proceso. Así que, como siempre digo, NO HAY ATAJOS.
Sí, lo sé. Qué guay sería que alguien nos dijera lo que tenemos que hacer con nuestros hijos y que funcionara, ¿verdad? A mi también me encantaría, la verdad… pero la vida me ha enseñado que las cosas no funcionan así. Ni en educación ni en nada. No hay atajos.
La educación de nuestros hijos requiere de un compromiso por nuestra parte. Es dura, conlleva renuncias y, a veces, tenemos mucho miedo a equivocarnos. Vamos tan deprisa que no tenemos tiempo. Por eso queremos “la receta”. Pero ¿sabes qué? Que la educación es algo que se cuece a fuego lento, hace “chup, chup” como decía la abuela. Una buena educación requiere de tiempo, paciencia y trabajo. No hay atajos.
Educar es muchas veces un viaje a ciegas en el que no hay mapa. Y lo que más nos angustia es que no vamos a poder ver a qué puerto hemos llegado hasta pasados unos años (cuando nuestros hijos sean mayores). Por eso es tan importante que confíes en ti. Por eso es tan importante que confíes en tu hijo. La confianza ¡es el mejor compañero de viaje! Y sabemos que la incertidumbre que ello supone puede dar miedo en muchas ocasiones, pero en cuestión de educación, no hay atajos.
Entonces, quizás pienses… ¿qué hacéis vosotros si no dais recetas?
¡Muy buena pregunta! Porque ni damos recetas ni queremos darlas.
Nosotros lo que hacemos es darte los INGREDIENTES para que tu crees tu propia receta. Nadie mejor que tú conoce a tu hijo. Nadie mejor que tú sabe lo que necesita. Nadie mejor que tú conoce sus circunstancias. Nadie mejor que tú SABE. De verdad, quédate con esta frase: NADIE MEJOR QUE TÚ SABE CUÁL ES ESA RECETA. La que necesita tu familia.
La mala noticia es que….vas a tener que trabajar un poco…
La buena noticia es que…esa receta va a ser mucho MEJOR y más EFECTIVA, más SABROSA porque está hecha A MEDIDA para tu hijo.
¡Los ingredientes los ponemos nosotros, la receta la creas tú!
¿Cuáles son esos ingredientes?
Pues son cosas como la escucha, la empatía, la curiosidad, las etiquetas, los valores, la inspiración, la positividad, la gestión de emociones, la pregunta potente… ¡y estos son sólo algunos!
¿Te suenan seguramente, verdad? Pero…¿los has experimentado en tus propias carnes? ¿los has vivido? Porque entonces todavía no los conoces de verdad. ¡La experiencia es clave! Sólo así se puede aprender e integrar de verdad.
Los ingredientes son básicos para una buena receta. Y los nuestros permiten todas las combinaciones que quieras. ¡Eso es lo bueno! Que sabiendo qué ingredientes utilizar, puedes modificar la receta tantas veces como quieras a medida que tu hijo va creciendo.
¿Verdad que los macarrones se cocinan diferente en cada casa? A veces incluso utilizando los mismos ingredientes, no saben igual. Y aunque te gusten mucho los de tu vecino, los tuyos son especiales porque son los tuyos. Cada familia tiene un aroma diferente. Cada padre/madre hace a su manera el sofrito, cuece diferente la pasta o echa el tomate de una determinada manera. Cada receta tiene sus peculiaridades, cada persona le pone su “toque”. Con nuestra forma de ser y de educar pasa lo mismo.
Así que, deja de esperar que te digan “qué tienes que hacer”. Deja de esperar que “alguien” o “algo” cambie a tu hijo y ponte a cocinar. Nadie mejor que tú sabe qué necesita tu hijo. Porque una buena a educación se cocina a fuego lento. No hay atajos.
Andrea Zambrano
Co-fundadora AEIOU
Deja un comentario